
Juan y yo fuimos vikingos
En el barrio colonial
El Garrido en Camagüey.
De un viejo aserradero
Entre astillas y escombros
Rescatamos dos espadas,
Dos cuchillos y una lanza
Desperdicio de un taburete
Y armados hasta los dientes
Atacamos despiadados
Al fortín de doña Carmen
Un jardín de rosas rojas
Cual hermosas indefensas,
Degolladas quedaron todas
Y nosotros los vikingos
Al mirar aquel despojo,
Asustados a nuestras casas
A esperar lo inevitable.
La sentencia fue marcada,
Con las armas del delito
Nos cascaron con enojo.
El resultado quedo claro,
Solo falta agregar,
Un servidor y Juan Pirindingo
Nunca más fuimos vikingos.
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